En la antigüedad era conocida la costumbre de tener esclavas para servir y entretener. Este era el caso de las niñas Parris, hija y sobrina del Reverendo Parris, las cuales eran entretenidas y acompañadas por una esclava de nombre Tituba, nativa de las Antillas y la cual, probablemente tendría una creencia religiosa diferente a la católica de la época. Entre sus dotes se encontraban el poder de leer el futuro en la clara de un huevo. Esta fue una de las razones por la cual se la consideró bruja, iniciándose así la cacería de brujas en el pueblo de Salem.
Las niñas Parris empezaron "supuestamente" a cambiar su comportamiento. Se dice que lloraban sin razón, corrían en cuatro patas y ladraban como perros. Luego de ser examinadas por un doctor que fue incapaz de dar un diagnostico médico, se determinó que las niñas habían sido embrujadas. Acusaron rápidamente a Tituba de este maleficio.
En ese tiempo, si una persona admitía practicar brujería, no se la ejecutaba; pero en cambio, si lo negaba (sobre todo porque no quería admitir algo que no era cierto y condenar su alma al infierno) era condenada a la horca.
Aunque no se sabe a ciencia cierta si Tituba era realmente una bruja o no, lo cierto es que confesó serlo y así salvó su vida. Luego, acusó a las niñas Parris de brujería y estas a su vez se defendieron diciendo que habían sido poseídas por el demonio, pero que de esta forma podían ayudar a los ministros a cazar a las verdaderas brujas.
Lo que empezó como un juego de niños terminó acusando a muchos inocentes de brujería, condenándolos a morir en la horca, producto de la ficción de sus habitantes y la ignorancia de la época.
Las niñas Parris empezaron "supuestamente" a cambiar su comportamiento. Se dice que lloraban sin razón, corrían en cuatro patas y ladraban como perros. Luego de ser examinadas por un doctor que fue incapaz de dar un diagnostico médico, se determinó que las niñas habían sido embrujadas. Acusaron rápidamente a Tituba de este maleficio.
En ese tiempo, si una persona admitía practicar brujería, no se la ejecutaba; pero en cambio, si lo negaba (sobre todo porque no quería admitir algo que no era cierto y condenar su alma al infierno) era condenada a la horca.
Aunque no se sabe a ciencia cierta si Tituba era realmente una bruja o no, lo cierto es que confesó serlo y así salvó su vida. Luego, acusó a las niñas Parris de brujería y estas a su vez se defendieron diciendo que habían sido poseídas por el demonio, pero que de esta forma podían ayudar a los ministros a cazar a las verdaderas brujas.
Lo que empezó como un juego de niños terminó acusando a muchos inocentes de brujería, condenándolos a morir en la horca, producto de la ficción de sus habitantes y la ignorancia de la época.
Lista de Personas acusadas de brujería en la población de Salem
Bridget Bishop:ahorcada el 10 de junio
Ahorcadas el 19 de julio:
Sarah Good
Elizabeth How
Susana Martin.
Rebecca Nurse
Sarah Wilds
Ahorcados el 19 de agosto:
George Burroughs.
Martha Carrier
John Williard
George Jacobs
Dorcas Hoar: condenada el 6 de septiembre. Posteriormente indultada.
Abigail Willians: condenada el 6 de septiembre. Posteriormente indultada.
Mary Bradbury: condenada el 6 de septiembre. Fugada de prisión.
Sarah Cloyce: condenada el 6 de septiembre. Posteriormente indultada.
Mary Lacy: condenada el 6 de septiembre. Posteriormente indultada.
Rebeca Eames: condenada el 17 de septiembre. Posteriormente indultada.
Giles Cory: condenada el 19 de septiembre. Cadena perpetua.
Ahorcadas el 22 de septiembre:
Martha Cory.
Mary Esty
Alice Parker
Mary Parker
Ann Pudeator
Wilmot Red
Margaret Scott
Samuel Waldwell
Abigail Faulkner: embarazada, no fue ejecutada. Cadena perpetua.
Elizabeth Proctor: embarazada, no fue ejecutada. Cadena perpetua.
Ann Foster: muerta en prisión.
Sarah Osborne: muerta en prisión.
Tituba: encarcelada, posteriormente vendida como esclava.
Además, estuvieron implicadas muchas otras personas que no llegaron a ser juzgadas y condenadas, aunque sí encarceladas y torturadas.
Bridget Bishop:ahorcada el 10 de junio
Ahorcadas el 19 de julio:
Sarah Good
Elizabeth How
Susana Martin.
Rebecca Nurse
Sarah Wilds
Ahorcados el 19 de agosto:
George Burroughs.
Martha Carrier
John Williard
George Jacobs
Dorcas Hoar: condenada el 6 de septiembre. Posteriormente indultada.
Abigail Willians: condenada el 6 de septiembre. Posteriormente indultada.
Mary Bradbury: condenada el 6 de septiembre. Fugada de prisión.
Sarah Cloyce: condenada el 6 de septiembre. Posteriormente indultada.
Mary Lacy: condenada el 6 de septiembre. Posteriormente indultada.
Rebeca Eames: condenada el 17 de septiembre. Posteriormente indultada.
Giles Cory: condenada el 19 de septiembre. Cadena perpetua.
Ahorcadas el 22 de septiembre:
Martha Cory.
Mary Esty
Alice Parker
Mary Parker
Ann Pudeator
Wilmot Red
Margaret Scott
Samuel Waldwell
Abigail Faulkner: embarazada, no fue ejecutada. Cadena perpetua.
Elizabeth Proctor: embarazada, no fue ejecutada. Cadena perpetua.
Ann Foster: muerta en prisión.
Sarah Osborne: muerta en prisión.
Tituba: encarcelada, posteriormente vendida como esclava.
Además, estuvieron implicadas muchas otras personas que no llegaron a ser juzgadas y condenadas, aunque sí encarceladas y torturadas.
Científicos opinan que las Brujas de Salem tal vez sufrieran la enfermedad de Huntington
Escaso control de las extremidades, humor variable, problemas graves de movimiento y en la coordinación, visiones, gestos involuntarios y lagunas en la memoria.Todos estos son síntomas de la enfermedad de Huntington, un desorden neurodegenerativo fatal que provoca la destrucción de células cerebrales.
Investigadores del Instituto de Neurociencias de Lausana, en Suiza y de la Facultad de Farmacia y del Centro de Neurociencias de Coimbra, ambos en Portugal, han trabajado con árboles familiares de los pobladores actuales del Estado de Massachussets, en Estados Unidos, donde se encuentra la localidad de Salem y han rastreado la presencia del defecto genético que es causa de la enfermedad de Huntington.
Los investigadores sostienen que alguna de las denominadas "brujas" pudieron ser portadoras de la enfermedad debido a la prevalencia de ésta en la zona y a la descripción de su actuación; en concreto su forma de andar, visiones y lagunas de memoria.
Repetición anormal
La alteración genética que causa la enfermedad de Huntington consiste en una repetición anormal de tres bases que codifican el aminoácido glutamina, cuando aparece, la proteína aberrante que resulta es la causante de la afección.
Los investigadores han apreciado mediante estudios en modelos animales, que un tratamiento a largo plazo mediante el factor neurotrófico ciliar, que estimula el crecimiento nervioso, podría mejorar los síntomas de la enfermedad en sus estadios más precoces y controlar la progresión de la patología. La investigación, publicada en Experimental Neurology, ha visto que este método es una vía de control de una patología que lleva a quien la padece al un inexorable deterioro tanto físico como psicológico.
Escaso control de las extremidades, humor variable, problemas graves de movimiento y en la coordinación, visiones, gestos involuntarios y lagunas en la memoria.Todos estos son síntomas de la enfermedad de Huntington, un desorden neurodegenerativo fatal que provoca la destrucción de células cerebrales.
Investigadores del Instituto de Neurociencias de Lausana, en Suiza y de la Facultad de Farmacia y del Centro de Neurociencias de Coimbra, ambos en Portugal, han trabajado con árboles familiares de los pobladores actuales del Estado de Massachussets, en Estados Unidos, donde se encuentra la localidad de Salem y han rastreado la presencia del defecto genético que es causa de la enfermedad de Huntington.
Los investigadores sostienen que alguna de las denominadas "brujas" pudieron ser portadoras de la enfermedad debido a la prevalencia de ésta en la zona y a la descripción de su actuación; en concreto su forma de andar, visiones y lagunas de memoria.
Repetición anormal
La alteración genética que causa la enfermedad de Huntington consiste en una repetición anormal de tres bases que codifican el aminoácido glutamina, cuando aparece, la proteína aberrante que resulta es la causante de la afección.
Los investigadores han apreciado mediante estudios en modelos animales, que un tratamiento a largo plazo mediante el factor neurotrófico ciliar, que estimula el crecimiento nervioso, podría mejorar los síntomas de la enfermedad en sus estadios más precoces y controlar la progresión de la patología. La investigación, publicada en Experimental Neurology, ha visto que este método es una vía de control de una patología que lleva a quien la padece al un inexorable deterioro tanto físico como psicológico.
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